
A partir del verano, quienes tengan que presentar recurso de casación tendrán que asumir los nuevos requisitos formales que el Tribunal Supremo ha decidido imponer para la tramitación de esta vía judicial. La reforma, que ha despertado el recelo y la oposición de los procuradores, pretende agilizar la gestión procesal de los recursos ante unos tribunales saturados y colapsados por tantas solicitudes.
Brevedad de los escritos: la nota predominante
Los recursos de casación verán modificadas su extensión, forma y estructura y también sus limitaciones. Los escritos no podrán exceder de 50.000 caracteres, lo que equivale a unos 25 folios. Solo podrán escribirse a una carilla, Time New Roman y tamaño 12. El interlineado deberá ser de 1,5 y los márgenes verticales y horizontales no podrán exceder los 2,5 centímetros.
El aspecto positivo consiste en la cantidad necesaria para recurrir, ya que se eliminará el límite de 600.000 euros. Sin embargo, este cambio viene reemplazado por otro requisito, el denominado “interés casacional”, por el cual el asunto ha de relacionarse con una sentencia que debe afectar a un gran número de personas o casos de resoluciones contradictorias y que ocasionen un daño grave al interés general o sean contrarias a la jurisprudencia existente.
Por otro lado, hay que destacar el riesgo hipotético de que, ante estas reformas que exigen requisitos formales tan estrictos, pudiera darse una situación de indefensión y la duda de qué sucederá, si una solicitud no cumple con estas exigencias formales. ¿Se le puede negar a alguien la tutela judicial por presentar su recurso con otra extensión o en otro formato de letra o debido a que su solicitud no respete los 2,5 centímetros de margen? Los letrados apuntan a un posible choque con el artículo 24 de la Constitución.
Estas reformas para la presentación de recursos de casación entran en vigor el próximo 22 de julio.
Información patrocinada por Pradera González procuradores de Barcelona
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